Para aquellos que se preguntaron alguna vez, como es que algunas pueden mantenerse saludables, en forma y unidas, mientras que otras no tanto; les dejamos los 10 Hábitos de las Familias Sanas. ¡Imperdibles!
Se darán cuenta que es sólo cosa de tomar las decisiones correctas y hacer de la labor, un trabajo en equipo. ¡Échen un vistazo!
- No pasar hambre: Y es que, para mantenerse en un peso sano, se debe comer, no ayunar hasta morir. Si no nos «abastecemos» regularmente, nos convertiremos en hambrientos insaciables y recordemos, un estómago vacío, asimila muchas más calorías que uno constantemente satisfecho.
- Automatizar el desayuno y el almuerzo: Sin una opción rápida y sana para cada uno, habrá mayor tendencia a escoger mal, al momento de comprar o de comer. Por ello, no está de más mantener un elemento básico, que haga más fácil el mercado y el menú diario. Por ejemplo, una sopa de vegetales (que pude ser pre hecha) o un sanwich de pavo o atún (en pan de grano entero).
- Ejercitar 20 minutos al día (en casa): Una hora suena a mucho tiempo. ¿Cierto? Y es verdad, mantener corta la rutina de ejercicios, se hace más conveniente. Sobretodo, porque nadie querrá admitir que tiene una vida tan desorganizada, como para no poder llevar a cabo 20 minutos de esfuerzo. ¿O no?
- Ser quien eliga las comidas en casa: Puede ser algo difícil para los padres, pero es cierto, las decisiones sobre «qué comer» se deben hacer en el super mercado. Y es que, si llevamos frituras y galletas a la casa, nuestro hijos (y nosotros) estaremos naturalmente tentados a comerlas. Y obviamente, si tratamos de retringirlos, sólo crearemos mayor ansiedad y antojo en ellos. La respuesta, dejar la «chatarra» en el super y comprar «snack» saludables, como nueces o frutas y vegetales que podemos lavar, cortar y almacenar en el frigider para que ellos (y nosotros) piquemos en momentos de hambre.
- Cenar juntos todas la noches: Éste simple ritual, no sólo mejora los hábitos alimenticios de los pequeños, sino que también permiten una mejor relación familiar. Pues, cuando las familias se reunen a comer, crean un vínculo emocional que suele durar por mucho tiempo. (Si no se puede hacer ésto en la cena, también es válido hacerlo en el desayuno, etc.)
- Jugar juntos cada día: Al igual que con los ejercicios, la clave es hacerse de un tiempo para volverse activos como familia. Además, ayuda a combatir el envejecimiento, nos pone al día con la mente de los más jóvenes y activa nuestros músculos, ya sea bailando con ellos, jugando a la pelota, etc. ¡Nada mal!
- Dejar que los niños vigilen las metas: No sólo enterándolos de nuestros planes para convertirnos en una familia más sana, sino haciéndolos partícipes, al pedirles que no nos permitan hacer «trampa» o caer en la tentación de la «chatarra». Con ésto, los haremos sentir parte de la solución y del equipo, en vez de ser solo quienes han de obedecer las nuevas reglas.
- Leerles a los pequeños antes de dormir: O si hay hijos más grandes, aprovechar la noche para conversar hacerca de su día y el nuestro. Es el momento perfecto para compartir, la guardia está baja y podemos oir lo que realmente hay en sus mentes, además de poder ayudar con algún consejo.
- Asegurar una rutina de sueño: Es más que sabido, una buena noche de sueño, ayuda a mantenernos jóvenes y saludables. Aquellos que duermen menos de 7 horas por noche, son más propensos a los ataques cardíacos y derrames. ¡Mucho Ojo! El mejor consejo, mantener nuestro dormitorio, fresco, oscuro y sin tanto artefacto que distraiga a la hora de acostarse.
- Vincularse en la cama: Pues es obvio, una buena relación de pareja es la base de una familia feliz y sana. Por lo que, llegada la noche, es momento de conectarse a nivel personal, íntimo y emocional con esa persona que nos ayuda a llevar adelante nuestro hogar.